Un hombre santo, un abogado y un ingeniero son condenados a morir en la guillotina.

Cuando van a ajusticiar al hombre santo, les pide que lo acuesten boca
arriba, así puede morir "mirando al cielo". Le conceden el deseo y,
cuando sueltan la hoja, ZAAAAAAAAAAACK, la hoja se frena y justo se para
antes de que le corte la cabeza.

"Ohhhhhhhhhhhhh, un milagro! Hay que dejarlo ir porque es un hombre
santo y por eso sobrevivió la ejecución!", dicen. Y lo dejan ir.

Ahora le toca el turno al abogado y pide también que lo ejecuten boca
arriba. "Porqué no?" piensan. Nuevamente la hoja cae y ZAAAAAAAAAAACK,
se para justo antes de que le corte la cabeza.

"Bueno, si dejamos ir al hombre santo, también tenemos que dejar ir a éste". Y lo sueltan.

Ahora, le toca el turno al ingeniero y, ya que está, también pide que
lo ejecuten boca arriba y, justo antes de que caiga la hoja, el
ingeniero grita:


























"PAREN, paren, ya sé cual es el problema!"